Una minifalda que controla vidas, un servicio que reemplaza el contacto humano, una búsqueda por lo fácil que hace que el esfuerzo, el sudor, las lágrimas y la espera, hayan sido en vano. Porque lo fácil ahora, es lo mejor (o eso es lo que muestran en televisión). Mujeres que se desmoralizan porque tienen a los hombres a sus pies, por el color de su lencería. Hombres que se enemistan por un par de labios. Artefactos que te ponen todo a la mano para que no te muevas. Llámalo innovación, llámalo progreso, llámalo efectividad, llámalo facilidad, llámalo comodidad... Yo le digo, dejar de ser.
Niñas que se quejan que los hombres somos terribles, que somos unos perros, que 'mejor sola que mal acompañada'... Claro, si apenas te sientan abres las piernas. Hombres que sueñan con tenerlas a todas, no se dejan ensuciar la ropa por la primera que lo rechace, y así se van, tomando, tomando, tomando hasta que crecen, se ven con 30 y se dicen así mismos, que se gastó la vida en pequeñeces. Ver caer a los que quizá merecían el corazón de su amada, junto con el sostén de su amante, junto con el pantalón que le humedece.
Niñas que se quejan que los hombres somos terribles, que somos unos perros, que 'mejor sola que mal acompañada'... Claro, si apenas te sientan abres las piernas. Hombres que sueñan con tenerlas a todas, no se dejan ensuciar la ropa por la primera que lo rechace, y así se van, tomando, tomando, tomando hasta que crecen, se ven con 30 y se dicen así mismos, que se gastó la vida en pequeñeces. Ver caer a los que quizá merecían el corazón de su amada, junto con el sostén de su amante, junto con el pantalón que le humedece.
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