Los dias pasan como hojas arrancadas de un almanaque de panaderia de esos que tienen un dia por hoja y que tienen tiras comicas de dos cuadros por el anverso.
Venezuela, el pais de las maravillas naturales, gente chévere, comida sabrosa, y clima tropical... Esa es la Venezuela que muestran en los comerciales de turismo, y que yo he conocido en paralelo a lo que se vive hoy en dia, fuera de politicas y cosas trendy...
En Venezuela amanece a eso de las 5:50am, te levantas cualquier dia como si se tratase de un lunes, cansado, con ganas de quedarte en tu cuarto indefinidamente, te lavas la cara con el tonto miedo al agua fría, te cepillas, abres la regadera para bañarte y sin pensarlo mucho te arrojas a la cortina de agua fría que se calienta solo cuando ya estas por salir, entumecido como un paquete de masa de pastelitos en la nevera.
Te secas rápido antes de que el frío te cree otra enfermedad en segundo plano luego del dengue, y la chikungunya... Te vistes temblando, y mientras te pones las medias notas que has dejado un rastro de agua hasta tu cama... No le paras mucha bola y sigues, ya has gastado poco más de media hora y el reloj empieza a volver cada minuto segundos, y sabes que tienes que moverlo' para salir a tiempo... A donde sea que vayas... Tanto a patear calle a buscar un lugar donde trabajar, tanto como a tu empobrecida oficinita de una empresa pequeña que no tiene nada que ver con lo que hacia una docena de años querías estudiar y ser 'de grande'...
Eso mis amigos, puede ser el dia a dia de cualquiera que esté entre sus 18 y 26 años si es que no más.
Se que mi blog, se caracterizaba por ser satiro, irónico y tal... Y aunque pretendo rescatar eso, a veces hay dias donde una persona como yo, que quienes me conocen, saben que soy un carajo que parece siempre tener algo que decir, y que te hará reir en cualquier momento... Hay dias como lo han sido todos estos últimos donde sientes que tu alrededor gira entorno a un no se qué cantidad de problemas y deficiencias... La gasolina está escasa, la gente sigue haciendo colas para comprar cosas básicas, desde la masa para hacer el desayuno, hasta el champú para el cabello... Una cosa tan banal, como una bolsa con seis tomates cuesta la mitad de nuestro billete de más alta denominación.
Las familias hacen mercado para poco más de dos meses, porque si compran para una semana, no hay manera de garantizar que al final de esa semana, el esfuerzo para conseguirlo todo en un mismo sitio es imposible de garantizar. La canasta básica se ha convertido en un estimado fantasioso de lo que deberia haber en cada hogar venezolano. Su precio, algo que saldría facilmente de la mente de cualquier cabeza de familia que piense con sensatez para no hacerla realidad. Robos, robos, robos y muerte es lo que uno oye por boca de los vecinos y cercanos a ti. No es por ser pesimista, pero es dificil ignorar todo lo que ocurre, lamentablemente. Rara vez oyes una buena noticia, y muy difícilmente, oirás algo relacionado al contento de alguien con el dia a dia...
Los dias pasan, y no se siente en el aire mayor preocupacion, la venezolanidad tiende a tomarse las cosas... Light. De alguna manera la gente (y yo incluido en el paquete) busca la manera de no amargarse por todo esto, y a lo mejor otro puñado de cosas que he dejado de lado mientras estoy escribiendo esto mientras paso por mi pueblo.
Un Turmereño, en la penúltima cuarta parte de Octubre de 2014.